No se como empezar a describiros la casa de mis sueños, no se por donde empezar porque todo es tan bonito, hay una paz, se respira oxígeno puro y te despiertas y sólo oyes pájaros y chicharras.
Hay unas vistas del pico Almánzor y el cielo esta hoy precioso.
Aquí Víctor ha dado en el clavo, en cuanto me pueda escapar de Madrid, aquí me vais a ver.
La propietaria de la casa de los Tomillares, Carolina, es quien la ha decorado esta maravillosa casa-hotel. Ella compra los muebles, los restaura y los deja ideales, y lo mejor, ¡los vende! Así que si os gusta alguno de los muebles que veis en las fotos, pedir precio a Carolina.
Cuando llegamos al Hotel, nos recibió Tatiana una antigua guarda forestal, encantadora, que nos enseño la casa y nos acogió como si fuéra nuestra casa de toda la vida.
Nuestra habitación una maravilla y la cama no podía ser más cómoda, un milagro dormir sin niños por una noche.
El baño como a mi me gustan
Y todo tipo de detalles, un centro de flores en la mesita de noche.
Como os he dicho es un hotel para los que no les gusta los Hoteles, así que las zonas comunes son como en una casa.
El comedor, como es de ideal todo.
Este mueble restaurado Por Carolina también se vende.
El salón, como si estuvieras en casa, con todo tipo de detalles.
Los porches del exterior son una maravilla y además los sofás muy cómodos. Me encanta la combinación de las telas de lino Húngaro con las otras de distinta textura y patrón.
La piscina es como para llegar, quedarse y no salir de allí. Un fondo muy origina, es de granito y no sabéis como queda de bonito.
Tienen un huerto de aromáticas y fresas.
Esta es la pequeña tienda de la Casa de los Tomillares. Hay jabones, velas y un perfume de casa que les han hecho especialmente para ellos.
Más detalles de la casa.
Nos preguntaron antes de irnos a dormir que donde queríamos desayunar al día siguiente. Se puede pedir el desayuno en cualquier rincón de la casa. Todo un acierto, pero preferimos desayunar en el porche con unas vistas maravillosas.
El desayuno ¡un espectáculo! Zumo de naranja recién exprimido, un bizcocho de semillas de amapola al que no me pude resistir, unos croisantes recién hechos calentitos, fruta muy rica, pan con tomate y Jamón de jabugo cortado a mano.
Y no sólo estaba todo buenísimo, sino que estaba ideal presentado, con todo tipo de detalles.
En fin que si después de leer este post y ver las fotos, no hacéis todo lo posible para organizar una escapada a este paraíso, es que sois marcianos.
Sólo os digo que si algún día puedo, me encantaría tener una casa como esta, es la casa de mis sueños, así que voy a conprar lotería y el Euromillon a ver si hay suerte.
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